lunes, 28 de diciembre de 2009

-el poema, no es sino, este dolor-

Y yo que te quise tanto,
me devolviste una lila marchita.

Y yo que te deseé tanto,
sólo en mis espejos puedo verte.

Y yo...
que me desgarro por dentro
al enterrar tu flor junto a tu figura.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Ajena reticencia

Los párpados enardecidos
me decláran el cese a la guerra;
lánguidos, se arrastran
ante el inevitable fracaso
y entregándose a la fluidez del aire
me anticipan el momento, en que
la muerte le lame la cara al olvido.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es mi espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuantos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nichos de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas;
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas en mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
al mar al que se hunde.

J.L.Borges

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ab

me rozás los brazos/con tus nudillos
enardecés mis yemas/desde la sangre hasta el movimiento
y así/como desprendiéndote de una raída camisa
te vas.
Suicidándote en tu propio cuerpo/y
arrastrando mi piel hacia la vorágine del río que
fluye/mana/se entrega.

y yo, que no quiero ahogarme.