El descanso es limbo, válvula de escape; es el paréntesis necesario que nos convierte en tangente y en infinito. Allí perdemos el nombre, la billetera y el cronograma. Nos convertimos en cuerpos sin chapa para luego despertar, renombrarnos, palpar los diez pesos con cincuenta en el bolsillo y llegar a tiempo a la reunión de las nueve.
Despertarse es recordar que la vida nos pincha en la espalda. El descanso es la piedad de los que, obligados, luchamos por permanecer despiertos.
domingo, 11 de diciembre de 2011
sábado, 9 de julio de 2011
El opio es un sedante;
sublingual social que tiesa los
músculos y la mente.
Es paño frío luego del temblor
y monótono hastío seguido de
ansiada efervescencia/grito de
descarga/suspiro de recarga/
Bálsamo que disfraza la opresión,
opio es placebo y
emulación de sentido vital.
Dónde duela tener los
pies sobre la tierra, quizá la
creación de un Paraíso sea
un devenir inevitable.
sublingual social que tiesa los
músculos y la mente.
Es paño frío luego del temblor
y monótono hastío seguido de
ansiada efervescencia/grito de
descarga/suspiro de recarga/
Bálsamo que disfraza la opresión,
opio es placebo y
emulación de sentido vital.
Dónde duela tener los
pies sobre la tierra, quizá la
creación de un Paraíso sea
un devenir inevitable.
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