Él y ella

Él se queda impactado: hermosa, inteligente y gentil. Él no sabe si podrá con las infinitas adjetivaciones que su mente y la realidad forjaban. No sabe sí, no se anima. Ella, indiferente, lo trata como a cualquier persona que alguna que otra vez se le ha cruzado; tiene intriga por saber más sobre él: maduro, interesante y amable. Tampoco sabe sí, tampoco se anima. Él la invita, ella lo rechaza. Surgen temores ancestrales, temores archivados y negados en el tiempo. Él no puede dormir pensándola. Ella no imagina que él podría ser su él. Lo evade, no quiere lastimarse, no se atreve a amar. Ella se confunde, él es confundido. Él acepta la no-correspondencia. Ella se interesa. Él lucha por olvidarla. Ella se enamora. Él la olvida. Ella se enamora y él la olvida, él la olvida y ella se enamora, él la olvida y ella también.