bajo mi pecho late
corazón ruje.
Soles radiantes
cruzan senderos muertos
y me reviven.
La luna roja
ilumina mi ser
escapo a su luz.
El caminante
sin camino recorre
la ruta es él.
Sabia tierra
que vida me has dado
mi alma brilla.
Hojas de malva
y sangre en mis venas
unificadas.
Polvo al polvo
rostros pintados de sol;
gimen las sendas.
El jacarandá
ofrenda sus frutos
vida démosle.
Los ruiseñores
temen ser encerrados
ya no cantan.
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