Te observo
y desnudo con la mirada.
Te huelo
y tus fragancias emborrachan mis sentidos.
te toco
y mis manos exploran tu piel entre las ropas.
Proclamo parte de mi propiedad
tu esbelta figura.
Me apodero,
y frenéticamente te acaricio
tomando el mando
en ese juego de vaivén sexual.
Ceremonia impura,
solo mis reglas toman fuerza;
dualidad etérea,
son solo mis gemidos
los que resuenan.
Puedo sentirte,
observarte, olerte, tocarte,
amarrarte a mis movimientos,
fingir que me perteneces.
(Aunque nunca serás mía)
Es imposible ejercer poder,
cuando uno mismo no se posee.
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